Edición de: 15 de febrero de 2005
El Vocero

Residentes que no claudican su lucha
Por: Maricelis Rivera Santos
Redactora – EL VOCERO

(Undécimo de una serie de artículos de interés humano sobre los desalojos en Santurce)

foto Rafy Rivera - © El Vocero
"No vamos a estar toda la vida peleando". "Contra el Gobierno y las grandes empresas no se puede…"

Esas expresiones denotan la resignación que ha embargado a las hermanas Acacia y María Rivera Flores, de 86 y 89 años, respectivamente, frente el proceso de expropiación de que son objeto ante el desarrollo del Proyecto de Revitalización de Santurce del Departamento de Vivienda (DV).

 

Las hermanas, quienes viven en la calle Antonsanti desde el 1946 en una propiedad que su familia adquirió años antes, no están de acuerdo con dejar sus apartamentos. Tampoco con la cuantía que el DV depositó para compensarlas por la pérdida de todo el edificio de tres apartamentos.

El DV tasó la propiedad, en el privilegiado sector de Santurce Centro, cerca de centros hospitalarios, museos y el edificio Minillas, en $192 mil.

Los tres apartamentos están en perfectas condiciones y tienen tres cuartos cada uno.

Sin embargo, a su edad ya no se sienten con las fuerzas de entablar largas luchas para buscar una mejor compensación u objetar el fin público de la expropiación.

Doña Acacia y María se conforman en estos momentos con ir a vivir a un lugar donde cada una tenga su propio apartamento, pero que estén cerca una de la otra.

Que las viviendas estén ubicadas preferiblemente en Santurce, donde están sus médicos y todos los servicios que necesitan para terminar su vejez con tranquilidad y sin pasar demasiados trabajos que no puedan sobrellevar.

"Como estamos mayores y enfermas no podemos hacer la diligencia de conseguir el sitio nosotras mismas. Queremos algo por aquí", expresó María, secundada por su hermana, en una entrevista con EL VOCERO.

Las Rivera Flores explicaron que funcionarios del DV las llevaron a ver unos apartamentos en el nuevo proyecto de interés social, Inmaculada. Pero, María no cualificó para obtener una vivienda allí por los ingresos.

De manera que la idea está descartada porque su interés es vivir una al lado de la otra, ya que María está enferma y necesita de las atenciones de su hermana, aunque también está "achacosa" como ella misma planteó.

Acacia expresó que ellas velan por sí mismas y es ella quien se encarga de hacer las compras y diligencias en los sectores cercanos de su barrio.

"No es lo mismo estar casi toda la vida en un sitio, que tener que mudarte de pronto", señaló Acacia.

Mientras, María recordó que esa era una zona residencial muy silenciosa y buena para vivir.

Ahora, el panorama que tienen cercano es el de viviendas abandonadas y deterioradas por los vándalos que han hecho su agosto. La vista desde su balcón es de un edificio recién demolido, sin contar las molestia que pasaron con el ruido y el polvo que conllevó.

Las hermanas contaron que hace 55 años su padre Juan Rivera Ortiz, un capataz albañil que trabajó en la construcción del Capitolio, tuvo que remodelar la casa que existía allí antes de que el Gobierno los expropiara en el área de la Parada 21.

Una vez mudados a la Antonsanti, en el 1973, decidieron convertir la casa en un edificio de tres apartamentos que compraron las dos hermanas y una tercera que falleció recientemente.

"Ya estamos resignadas", señaló María sobre el futuro que implica dejar su raíces.

Carlos Deliz, asesor del DV, manifestó que está buscando una dispensa para que las dos hermanas puedan irse a vivir a Inmaculada, a pesar de que una tiene unos $100 de ingresos más de lo que se permite.

"Separarlas no sería una opción", afirmó Deliz. Dijo que simpatiza mucho con ambas y que está tratando de conseguirles un lugar apropiado en el mismo Santurce donde vivan una cerca de la otra, pero en distintos apartamentos.

Recalcó que entiende que puede lograr una dispensa en la Inmaculada, pero si no hay otros sitios como Trujillo Alto, aunque no es lo que él prefiere para las envejecientes.

"Las dos dependen una de la otra", sentenció.

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