Edición de: 14 de febrero de 2005
El Vocero

"Que nos dejen tranquilos"
Por: Maricelis Rivera Santos
Redactora – EL VOCERO

(Décimo de una serie de artículos de interés humano sobre los desalojos en Santurce)

foto Tania Dumas - © El Vocero
A los 81 años de edad, luego de dar lo mejor de si por 31 años para educar a tantos estudiantes del colegio católico San Ignacio de Loyola; lo único que pide es tranquilidad, vivir cerca de la farmacia, su médico y el supermercado.

Asegurar el bienestar de sus seis gatos, su única compañía, es otra de sus grandes preocupaciones, las que le llegaron tan pronto recibió la carta por el proceso de expropiación al que se enfrenta por motivo del Proyecto de Revitalización de Santurce del Departamento de la Vivienda (DV).

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El maestro explicó que tiene un padecimiento en sus piernas que le obliga a caminar despacio, por lo que no puede desplazarse a lugares lejanos.

La comodidad de vivir en el corazón de Santurce por espacio de 32 años en una casa de techos altos y concreto armado que sólo requiere una pintura, le ha permitido hasta ahora, junto a la ayuda de sus vecinos, sobrevivir un mundo cada vez más acelerado.

"Los de Vivienda y doña Sila no tienen entendimiento del mal que nos hacen aquí. La verdad es que nos están tratando como un ganado salvaje para hacer edificios de muchos pisos para millonarios.", expresó Meinardo Cabrera en su casa ubicada en la calle Antonsanti.

Cabrera, quien llegó traído por los padres jesuitas procedente del oriente de Cuba directamente a trabajar como maestro de gramática española en la institución privada, no tiene familia en este país. Así que comenzar otra vida lejos de la gente y y los lugares que conoce es un proceso al que quisiera no tener que enfrentar.

"Es difícil irme por ahí a un sitio donde no conozco a nadie. Es una cosa muy dura tener que irme de aquí", planteó en una entrevista, en la que recalcó que a él no le interesa la publicidad de su caso, sino quedarse a vivir en la tranquilidad de su hogar.

Recordó que tuvo que luchar mucho para comprar su vivienda y que fueron los vecinos los que con los años le ayudaron a ponerle rejas para su seguridad.

En su residencia vive rodeado de periódicos, libros y muebles cubiertos con plástico para evitar su deterioro, con una nevera mohosa. También mostró las fotografías y placas de su tiempo de maestro y habló de tantos recuerdos que atesora y que teme perder en una mudanza imprevista del lugar donde pensó pasaría sus últimos días.

"Sila como es millonaria, habla de comunidades especiales y a nostros nos riega como animales", dijo furioso en un momento en que olvidó que hubo un cambio de gobierno.

"Que nos dejen tranquilos", fue su mensaje al gobernador Aníbal Acevedo Vilá cuando recordó que éste ganó las elecciones.

Cabrera explicó, durante la visita en que estuvo acompañado por su vecino Gilberto Serrano, que el DV le ofreció una nueva casa en Trastalleres. Pero, cuando fue a visitarla se topó con la sorpresa de que aunque era de concreto, el techo era de cinc y el piso de madera.

"Yo no quiero esa casa. Yo quiero una que tenga las facilidades y esté en las condiciones como es mi casa. Yo quiero que me dejen en mi propiedad donde tengo las facilidades", mientras recordaba con Serrano a los vecinos que ya se fueron.

Carlos Deliz, asesor de DV, manifestó que "el reto que tenemos con el señor Cabrera es un asunto muy humano porque es un envejeciente que quiere una casa porque tienen seis gatos y en los apartamentos se hace difícil (retenerlos)".

Mencionó que otra de las condiciones de Cabrera para mudarse es que la nueva vivienda esté ubicada en Santurce, de tal forma que están tratando por todos los medios de conseguir una casa que él pueda adquirir para complacerlo.

"El no tiene ninguna familia aquí. Los muchachos (del DV) son los que están tratando de ayudar.... Nosotros queremos que se sienta mejor donde esté. Eso no es algo que podemos menospreciar, eso es parte de nuestra función, aunque nos va a tomar un tiempito lograrlo", afirmó Deliz.

Cabrera impugnó en el Tribunal la compensación de $79,500 que le ofreció el DV en el 2002 por su casa en ese sector privilegiado de Santurce, por lo que su caso podría tardar en dilucidarse.

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